miércoles, 30 de abril de 2014

Semblansas deportivas de ayer

Semblanzas deportivas de ayer, hoy y siempre:  JOSÉ BELLIA

          En el impertérrito horizonte de nuestra memoria colectiva, siempre resaltará la imagen gallarda de ciertas personalidades que marcaron a fuego la retina del simpatizante futbolero. Uno de esos casos es el que hoy nos ocupa.
          Todavía el reloj marcaba el tiempo de algún viejo tranvía, y el trolebús era un avance de la modernidad cuando ya José Bellía perfilaba su imagen de hidalga elegancia recorriendo las indefinidas fronteras de Barrio Echezortu, y de algún otro barrio que anda por ahí cerca.
          Es más: todavía anda por ahí, pero esa es harina de otro costal-

¿Qué vecino no recuerda al pebete rubicundo que corría a hacerle los mandados a doña María, su amorosa madre? Pantaloncito corto, en un puño apretado bien fuerte la plata, y siempre corriendo como el viento…algunos dicen que para escapar al perro malo de la cuadra, otros para que ningún niño mal encarado de la vecindad le birlara el vuelto, puede ser, pero lo cierto es que ya de tan temprano estaba entrenando las virtudes que se le admirarían en la cancha: su velocidad de saeta y su habilidad para esconder el balón.
          También cuenta la leyenda urbana que muy precozmente aprendió a patear con las dos piernas, eso fue en la ocasión en que doña María debió aplicarle un enema, ya que el inexperto José se había comido medio quilo de provolone con cáscara y todo. De ahí en más siguió pateando cascotes, bolitas de paraíso, bolitas de moco, y cuanto perro se le cruzara.
          El decurso de nuestra historia lo vuelve a encontrar sucesivamente relacionado a distintas instituciones señeras del balón-pie rosarino, como pueden ser N.O.B, Ciencia y Sudor, Club Banco Provincia, Sin Luz y sin Fuerza, etc. y a lo largo de su dilatada carrera descolló en cuanta liga se le cruzaba: La del Seguro; la de Médicos y Policías de Transito; la de Trabajadores Portuarios; la de Pitucos Proxenetas y Afines; la de Empleados Bancarios Cesanteados,  etc.
          Es imposible en estas pocas líneas reseñar su fulgurante paso deportivo, pero baste con decir que siempre se envidió su porte elegante de gladiador, que con su rubia melena al viento hacía suspirar a la parcialidad femenina, imbatible en el pique corto, siempre ubicuo y certero para chutar y abrir el marcador, abanderado del “fer play” y caballero como pocos, aún enfrentado al oprobio del escupitajo.
          Así es que en semblanzas deportivas de ayer, hoy y siempre, rescatamos la figura de “La Saeta Rubia  de Club Horizonte”, institución donde hoy lo podemos ver despuntar el vicio de la carta y la martingala junto con sus mas queridas amistades.

lunes, 7 de abril de 2014

¡Buenísimo! Para valorar, nosotros que somos escritores latinos




miércoles, 2 de abril de 2014

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Escuchen esta hermosa charla con Sebastian Trillini, de "http://acabarconlacultura.com.ar/"